MI TOCAYO AUSTRAL

Mi querido tocayo austral: nos conocimos el día de mi cumpleaños de hace varios años, cuando me enviaste un mensaje por Facebook diciéndome que todas esas felicitaciones que habías recibido debían ser para mí. Y lo eran, en efecto. Mis amigos buscaban mi nombre, que era el tuyo. Y tú te habías registrado antes en Facebook. Ahora sabía que otro CH de algún lugar del mundo me había obligado a incluir el segundo apellido en mi dirección. Tú eras CH y yo era CHE. Qué bueno. Y a la bendición de las felicitaciones se sumaba la tuya, que venía acompañada del principio de una cálida amistad virtual. Qué extraño tener por amigo a alguien con tu mismo nombre y apellido, que no es común de encontrar, por aquí al menos.

Del juego de Facebook a fantasear, pensar en mi alter ego, mi doppelganger,  mi doble, que vivía en un lugar del norte de Argentina, en Misiones, próximo a Brasil, donde el clima, por lo que se veía en las fotos, debía ser casi tropical. Tus publicaciones, que busqué primero y que luego me visitaban con frecuencia, ayudadas por un algoritmo que debió pensar “menuda la que acabo de liar”, mostraban una visión del mundo sobre dos ruedas. Resultaba tan fácil viajar por esas carreteras con tu moto, tus fotos y mis ganas de conocer la Argentina de mis sueños. Ese paisaje exuberante, ese cachito cálido de norte austral, se me había escapado de mi mapa emocional de Argentina..

Ya tenía un nuevo ingrediente de interés, pues, como se pudo ver en la publicación “Aguas de marzo” del blog  desde pequeñín me traía de cabeza la cuestión del norte y el sur en una tierra redonda. https://blogdelasnubes.com/2015/09/09/aguas-de-marzo/

Además de las motos, había un huerto, no sé cuánto de grande, en donde cultivabas repollos, pepinos, calabacines, … y los mostrabas con orgullo, algo que comprendo bien después de ver a mi hijo convertirse en jardinero y maravillarnos con su cosecha cada año.

Pero desde el principio, desde que mi imaginación voló a Misiones y pensó en hacer una escala allá para conocerte cuando por fin viajara a Argentina, había otro lazo, muy poderoso, que aún no era capaz de identificar. Como en un juego, se aparecía tu familia y sus ramificaciones y, con su apellido, el mismo que el mío, de pronto creía tener una extensión de la nuestra. Tus hijos, tu esposa, los abuelos, algunos primos de igual apellido aparecían presentados por el algoritmo de Facebook, que, estoy seguro, no entendía bien nuestra relación. Cumpleaños, celebraciones, tartas, peticiones e información sobre farmacias de guardia, algún video sobre políticos corruptos de allá (Carlitos, acá también nos sobran), boludeces y macanadas que publicamos todos para intentar conjurar la estupidez y la injusticia, que, seguro, también abundan por allí.

Los Herrán de Misiones, quién me lo iba a decir, sus vidas, esos horizontes que habitan en esta misma tierra nuestra. Qué hermosos momentos los compartidos por vosotros en Facebook, que me han transmitido esa sensación de familia unida, diversa, rica y viva. No podía imaginar, al abrir el Facebook el otro día, lo que esperaba allí. Pegué un grito sofocado y rápidamente le comenté la noticia a mi mujer como se cuenta de un familiar cercano:

—Te acuerdas, mi tocayo austral, el que vive en Argentina y conocí por Facebook. ¡Ha fallecido su mujer! ¡Qué pena!

Me asaltan estas palabras mientras peleo con el insomnio en la madrugada de invierno, helada ahí fuera. Pienso en ti y en todos los Herranes de Misiones, en tus hijos que conozco de fotos y sensaciones, algo bueno tenían que tener las redes sociales. Escribo con enorme pena en mi corazón porque has perdido a un ser querido, seguramente eje fundamental en la crianza de tu familia, en tu vida. Ahora descifro otras cosas que adivino en las fotos, la enfermedad de fondo. Y, sin entender muy bien por qué, siento tu pérdida como muy próxima. Habíamos instituido la rutina de felicitarnos el cumpleaños y yo siempre te decía ”mi tocayo austral”. Hoy, permíteme que mi pésame sea en mi terreno, en el blog de las Nubes. Hoy, por primera vez no escribo recuerdos o ficción. Por primera vez, hoy sí es un comunicado con importancia de Carlos Herrán. Misiones está de luto porque Silvina ha muerto. Querido Carlitos: lo sentimos muchísimo. Un abrazo para todos los Herranes.

2 comentarios en “MI TOCAYO AUSTRAL

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s